Abre tus ojos y vive
Los ciegos no pueden guiar a otros ciegos, como dice nuestro Señor en Lucas 6:36-42. Quien quiera mostrarle el camino a otra persona, primero debe tener él mismo el conocimiento adecuado. El que quiera corregir los pecados y debilidades de los demás debe haber adquirido el conocimiento correcto acerca de su propia condición pecaminosa. Las personas sin amor son espiritualmente ciegas. No ven sus propios pecados y se vuelven hipócritas. Condenan en los demás lo que permiten en ellos mismos.
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