David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

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¡Estemos preparados!

En el versículo 6 de nuestra epístola para hoy (1 Tesalonicenses 5:1-11), San Pablo dice: “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”. Pero el versículo 5 de nuestro Evangelio (Mateo 25:1-13) dice: “Pero mientras el esposo tardaba, cabecearon  y se durmieron”. Incluso para los fieles, siempre existe la tentación de distraerse con los afanes y placeres de esta vida, y olvidar la firme esperanza que tenemos en la resurrección.

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Que todos se arrepienten

Es una verdad persistente a lo largo de las Escrituras que Dios desea seriamente la salvación de todos los hombres. En nuestra epístola de hoy (2 Pedro 3:3-14), el apóstol escribe: “El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente por vosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos se conviertan al arrepentimiento”.

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El reino de Dios vendrá sin advertencia

“Y como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.” En Lucas 17:20-30, nuestro evangelio para el domingo, 12 de noviembre, los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios, Jesús respondió: “El reino de Dios no vendrá con advertencia”. El reino de Dios no viene en forma visible, para que uno pueda observarlo y velar. De hecho, nuestro Señor dice, “el reino de Dios está entre vosotros” en donde los fieles congregan alrededor la Palabra y los sacramentos. Sin embargo, cuando Cristo venga en poder y gloria, también su iglesia será revelada en su plenitud, la suma total de todos los verdaderos creyentes en Cristo a lo largo de los siglos. Vivamos en esa esperanza, confiados en el futuro, no en la indiferencia, sino sobrios y alertas contra la falsa doctrina y la idolatría.

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Que significa las lágrimas de Jesús

“Porque vendrán días sobre ti, que tus enemigos te cercarán con vallado, y te pondrán cerco, y de todas partes te pondrán en estrecho, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti; y no dejarán en ti piedra sobre piedra; por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.” En el evangelio seleccionado para el décimo domingo después de Trinidad, Lucas 19:41-48, nuestro Señor profetizó la destrucción de Jerusalén y su templo y lloró no solamente para la ciudad, también para la mayoría del pueblo por su incredulidad y rechazo a Dios, a su Hijo ya la nuevo pacto en su sangre. Debemos prestar atención a la advertencia de Jesús. A nosotros también nos puede pasar. Visítanos a las 10am este domingo.