No somos justificados por nuestro propio estándar

En Lucas 18:9-14, Jesús compara los dos clases de personas, los que se creen justos y los justificados por la misericordia de Cristo. En Cristo Jesús todas las personas son justificadas. La fe acepta lo que ya es así. Pero primero el individuo debe confesar su pecado y creer en lo que Cristo hizo por él. El Evangelio le trae la reconciliación y el perdón de Dios. La justicia viene al hombre pecador no por sus propias obras o méritos, sino por la gracia de Dios a través de la fe.