David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

By

Reconcíliate primero con tu hermano

Nuestro texto para hoy es la base de compartir la paz en nuestro servicio divino. Desde los primeros siglos, los cristianos se saludaban antes de comulgar. Esto se ve en casi todas las liturgias antiguas. Antes de recibir la sangre y el cuerpo del Señor, debemos confesar nuestros pecados a Dios y recibir la absolución del pastor. Pero, también, antes de comulgar, debemos que reconciliarnos con otros, especialmente nuestros hermanos en la fe. Para saludar unos a otros diciendo, “La paz de Cristo sea contigo” es una expresión de esta reconciliación. Debemos evitar el error de los fariseos. El rasgo de su doctrina y de su vida era una observancia servil de los actos externos, lo que les daba una gran muestra de piedad ante el pueblo. Pero sus corazones estaban lejos de la verdadera justicia del corazón, que busca, en el verdadero amor al prójimo, hacer la voluntad de Dios en palabra y obra. Dondequiera que sea el caso, no hay fe y, por lo tanto, no hay idea de entrar en el reino de los cielos.

Mateo 5:20-26 

“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Oísteis que fue dicho por los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare estará expuesto a juicio. Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; y cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego. Por tanto, si trajeres tu ofrenda al altar, y allí te acordares que tu hermano tiene algo contra ti; deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo pronto con tu adversario, mientras estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.”

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *