La sabiduría de Dios sea dada a conocer por la iglesia
Por esta causa yo Pablo, prisionero de Jesucristo por vosotros los gentiles, si es que habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada para con vosotros; que por revelación me hizo conocer el misterio, como antes escribí en breve, leyendo lo cual, podéis entender mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras edades no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu; que los gentiles sean coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de su promesa en Cristo por el evangelio, del cual yo fui hecho ministro según el don de la gracia de Dios dado a mí por la operación de su poder. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me es dada esta gracia de predicar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo; y de aclarar a todos cuál es la comunión del misterio escondido desde el principio del mundo en Dios, que creó todas las cosas por Jesucristo; para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer por la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús Señor nuestro; en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe de Él. Efesios 3:1-12
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