Nadie puede seguir a Cristo en secreto
Nicodemo vino a Jesús de noche porque no quería ser visto por los otros fariseos. Temía ser denunciado como discípulo y así perder su puesto entre la clase alta. Jesús le dijo en Juan 3:1-17 que para ser su discípulo fue necesario ser bautizado y hacer una declaración pública de fe en Él. Estas palabras de Jesús están dirigidas no sólo a Nicodemo, sin o a todos los que quieren seguir a Jesús. Desde el principio, la confesión de fe en Jesús como Señor y Salvador ha sido parte indispensable del rito bautismal. La iglesia primitiva adoptó el Credo Apostólico como su confesión bautismal. Cada vez que confesamos el Credo Apostólico estamos recordando nuestro bautismo. También se encuentran en el Libro de Concordia, como documentos fundamentales de la Iglesia Luterana, el Credo Niceno y el Credo Atanasio. La iglesia ha usado el Credo Niceno por los servicios en que se celebra la Santa Cena. Se sugiere que en este día se use el Credo de Atanasio en lugar de los otros credos porque el Credo Atanasio es muy claro y completo y incluye advertencias contra el rechazo de la doctrina de la Santa Trinidad.
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