Toda la vida cristiana es una ofrenda

En el evangelio designado para el noveno domingo después de Trinidad (Lucas 16:1-13), nuestro Señor les advierte aquí que deben conducir sus asuntos, y principalmente los que conciernen a los bienes temporales, la riqueza y el dinero en general, que ellos, como el mayordomo, se hagan amigos de los bienes que se les confían. Los cristianos usarán su dinero en interés del reino de Dios, estableciendo y extendiendo la Iglesia de Jesucristo por todo el mundo. La presencia de la fe se manifiesta invariablemente por las obras de amor.