David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

By

Se misericordioso como tu Padre

Sergio Maita predicó en la Iglesia Luterana “Fuente de Vida”, Puerto Ordaz, edo. Bolívar, Venezuela, el 30 de junio de 2024. El texto era Lucas 6:36-42. Sergio es el pastor de la Iglesia Luterana “Pan de Vida”, Santo Domingo, la República Dominicana, y profesor del Seminario Concordia “El Reformador”. Nació en Maturín, edo. Monagas, Venezuela, y creció como miembro de la Iglesia Luterana “Cristo Rey” en Maturín.

Lucas 6:36–42 (RVR60): Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.

By

La misericordia de Dios hacia todos los que no lo merecen

Sólo uno de diez leprosos sanados regresó y dio gracias al Señor (Lucas 17:11-19). Este hombre era un samaritano. un miembro de la raza que era despreciada por los judíos. No por eso Jesús retira su don de la curación de los demás. La misericordia de Dios se extiende hacia todos los que no lo merecen. Sin embargo, sólo al samaritano Jesús le dijo: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”. Había sido sanado en alma y cuerpo. Los dones de Dios que hemos recibido de Él a través de la gracia durante toda nuestra vida equivalen a mucho más que una limpieza de la lepra corporal. Hemos recibido y estamos recibiendo continuamente las riquezas del amor y la misericordia inmerecidos de Dios domingo tras domingo, día tras día