David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

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El día de Santiago el Mayor de 2020

St. James the Elder by Pieter ClaeszHechos 15:12-22

Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuántos milagros y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Y después que hubieron callado, Jacobo respondió, diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré, y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar: Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace todas estas cosas. Conocidas son a Dios todas sus obras desde la eternidad. Por lo cual yo juzgo, que no se moleste a los que de los gentiles se convierten a Dios; sino que les escribamos que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, y de fornicación, y de estrangulado y de sangre. Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado. Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir varones de ellos, y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé; a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos.

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Santiago y la espada de persecución

The martyrdom of St. Jameshttps://anchor.fm/mision-la-epifania/episodes/Santiago-y-la-espada-de-persecucin-eh76fq

Y en el mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarlos. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Hechos 12:1-2

En esta temporada peligrosa, los cristianos son tentados a dudar de su fe y de la confesión que han hecho acerca de Cristo. Pero, tenemos la promesa que nuestro Señor está con nosotros hasta al fin del tiempo y la victoria es suya y nuestra también. Damos gracias a Dios por el testimonio de los mártires de las generaciones pasados, porque sus sacrificios nos aseguran que las promesas de Dios son seguras y su Palabra no pasará.

Oh clemente Señor, tu siervo y apóstol Santiago fue el primero entre los doce en sufrir el martirio por el nombre de Jesucristo. Derrama sobre los líderes de tu iglesia el mismo espíritu de abnegación, para que estén dispuestos a renunciar a toda atracción falsa y pasajera y te sigan sólo a ti, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.