David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

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No nos dejas caer en la tentación

En nuestra clase de catecismo, cuando estudiamos la Sexta Petición del Padrenuestro, “No nos dejes caer in la tentación”,
distinguimos entre la tentación en dos sentidos. Primero, cuando Dios pone a prueba nuestra fe para acercarnos a él. Segundo, las tentaciónes son intentos de nuestros enemigos espirituales para alejarnos de Dios y sus caminos. El domingo pasado leímos Mateo 4:1-11, la tentación de Jesús. Fue el diablo quien tentó a Jesús, pero aquí Jesús, como Dios, tienta a la mujer cananea (Mateo 15:21-28), tal como
Dios tienta a Jacob en Génesis 32:22-32. Que quiere decir, el propósito en ambos casos fue para profundizar la fe de Jacob y la mujer cananea. Pero a menudo, en la prueba de la fe, parece que Dios no escucha nuestras oraciones, o incluso lucha contra nosotros. La clave para pasar la prueba es no rendirse, sino continuar orando con total confianza en la Palabra de Dios.

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No sólo de pan el hombre vivirá

¿Por qué ayunó Jesús? (Mateo 4:1-11). Nuestro Señor no despreció las bendiciones de la comida y la bebida como algo pecaminoso en sí mismo. Realizó su primer milagro al convertir el agua en vino en una fiesta de bodas. El ayuno a menudo era expresaba tristeza por el pecado personal o el pecado de la nación. Pero Jesús no tenía pecado y no necesitaba arrepentirse. Ya se había sometido al bautismo de arrepentimiento de Juan y había recibido la aprobación de su Padre y el don del Espíritu Santo. Tal vez sea mejor pensar en Jesús ayunando en su dedicación a orar por nosotros los pecadores y meditar sobre el camino al que fue llamado.

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Oración y tentación

En las lecciones de hoy tenemos dos ejemplos de la oración en el que Dios pone a prueba a las personas para fortalecer su fe. En nuestra lección del Antiguo Testamento (Génesis 32:22-32), Jacob se prepara para su primer encuentro en años con Esaú, el hermano que había jurado matarlo. En nuestro evangelio para hoy, Mateo 15:21-28, encontramos la historia de una mujer cananea de la región de Tiro y de Sidón. Aprendemos de ellos a no rendirnos, sino a perseverar en la oración y en plena fe en que Dios quiere lo mejor para nosotros. El poder de la oración no reside en nuestra sinceridad o perseverancia, sino que si perseveramos con la ayuda del Espíritu Santo, recibimos lo mejor para nosotros.

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Fue tentado en todo pero sin pecado

“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades; sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” Hebreos 4:15. Jesús pasó la prueba que Adán falló, aunque durante su vida terrenal sufrió las tentaciones más severas que jamás haya sobrevenido hombre alguno. No fue simplemente que la tentación se acercara a Él sin realmente atacarlo. Ataques del diablo que lo acosaban una y otra vez. De modo que Él ciertamente puede conmoverse con el sentimiento de nuestras debilidades, ciertamente puede sentir simpatía por nuestras debilidades; Él sabe lo que significa para los débiles de carne y hueso luchar contra enemigos peligrosos. Sin embargo, dado que en su caso pasó por todas las tentaciones sin pecado, puede ser nuestro Sumo Sacerdote y Abogado ante el Padre.

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Nadie puede servir a dos señores

El evangelio de hoy les dice como los cristianos deben manejar sus posesiones terrenales, siempre con el pensamiento de que todas las cosas pertenecen a Dios y que vivirán para siempre. Así como el administrador injusto astutamente usó todo en su propio interés para esta vida solamente, así el creyente hijo de Dios debe usar astutamente todo como Dios quiere que lo use en su propio interés para la vida venidera. Esta parábola no dice que la gente gana el cielo por sus obras. Está hablando del uso adecuado de los bienes terrenales en interés de otras personas y del reino de Dios. El objetivo del cristiano es lo contrario del administrador injusto. Su pensamiento principal es el gozo y la seguridad de la vida eterna.

Por motivos malos, él mostró misericordia a los deudores a su amo. Sus acciones se reflejaron en su patrón, haciendo que los deudores alabaran la generosidad del maestro. Entonces, el señor le alabó. En la primera vez, el ejemplo del administrador injusto para nosotros no es su deshonestidad, sino su generosidad, no importa el motivo, y como sus acciones glorifican su señor. También, el administrador injusto es un modelo para nosotros es su enfoque en el futuro. Tanto los creyentes como los no creyentes viven para el futuro. Los incrédulos viven solo para esta vida. El creyente siempre mantiene su atención en la vida eterna. Jesús ya le ha dado al creyente vida eterna. Sin embargo, el administrador injusto sabía que sus días en el trabajo estaban contados. Así que hizo lo necesario para asegurar su futuro. Tenemos la esperanza más brillante, por lo que debemos estar tan enfocados en mantener nuestra relación con Dios, en lugar de las necesidades materiales de esta vida.

Lucas 16:1-13

1 Y dijo también a sus discípulos: “Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él de que había disipado sus bienes.” 2 “Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás ser mayordomo.” 3 “Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? Porque mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.” 4 “Ya sé lo que haré para que cuando sea quitado de la mayordomía, me reciban en sus casas.” 5 “Y llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor?” 6 “Y él dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, y siéntate pronto, y escribe cincuenta.” 7 “Después dijo a otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Y él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.” 8 “Y alabó el señor al mayordomo injusto por haber hecho astutamente; porque los hijos de este siglo son en su generación más astutos que los hijos de luz.” 9 “Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando fallareis, os reciban en las moradas eternas.” 10 “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.” 11 “Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?” 12 “Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?” 13 “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”