David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

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En vista de tu confesión

“En visto de tu confesión, como ministro llamado y ordenado por Cristo y su Iglesia, y por mandato de nuestro Señor, te perdono todos tus pecados.” Cada domingo pronuncio la absolución después de la confesión de la congregación. ¿Cómo puede un hombre decir estas palabras cuando sólo Dios puede perdonar los pecados? Porque nuestro Señor como verdadero hombre dijo estas palabras en nuestro evangelio para hoy, Mateo 9:1-8.

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No somos justificados por nuestro propio estándar

En Lucas 18:9-14, Jesús compara los dos clases de personas, los que se creen justos y los justificados por la misericordia de Cristo. En Cristo Jesús todas las personas son justificadas. La fe acepta lo que ya es así. Pero primero el individuo debe confesar su pecado y creer en lo que Cristo hizo por él. El Evangelio le trae la reconciliación y el perdón de Dios. La justicia viene al hombre pecador no por sus propias obras o méritos, sino por la gracia de Dios a través de la fe.

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Abre tus ojos y vive

Los ciegos no pueden guiar a otros ciegos, como dice nuestro Señor en Lucas 6:36-42. Quien quiera mostrarle el camino a otra persona, primero debe tener él mismo el conocimiento adecuado. El que quiera corregir los pecados y debilidades de los demás debe haber adquirido el conocimiento correcto acerca de su propia condición pecaminosa. Las personas sin amor son espiritualmente ciegas. No ven sus propios pecados y se vuelven hipócritas. Condenan en los demás lo que permiten en ellos mismos.

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La palabra segura y salvadora de absolución

Jesús dice en Mateo 9:1-8, el evangelio para el decimonoveno domingo después de Trinidad, también en Marcos 2:1-12 y Lucas 5:17-26: “El Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados”. Se ocupa primero de la enfermedad del alma, anunciando con absoluta autoridad el hecho del perdón de los pecados, aplicándolo a este hombre individual. Así como el pecado es el mayor mal en la tierra y arrastra tras de sí todos los demás males de los que la carne es heredera, así el perdón es el mayor bien que Dios puede dar al hombre. Más tarde, Jesús le dio a la iglesia la autoridad de perdonar pecados en la tierra. Esto es lo que los luteranos llaman El Oficio de las Llaves, la quinta parte principal del Catecismo. El comentario de Mateo mira hacia el futuro, la iglesia apostólica, donde la palabra del perdón será pronunciada con validez divina. El perdón ya no será un evento incierto, reservado para el Juicio Final, sino una realidad concreta en este nuestro tiempo actual.

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The days will be shortened

Destruction of Jerusalem

Matthew 24:15-28

Mateo 24:15-28

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El arrepentimiento nos prepara por el Señor

Lucas 1:57-80

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Para buscar a los perdidos

Lucas 15:1-32