David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

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Por gracia somos salvos

Efesios 2:1-10

1 Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia; 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo; en la concupiscencia de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar con Él, en lugares celestiales en Cristo Jesús; 7 para mostrar en las edades venideras las abundantes riquezas de su gracia, en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

https://misionluteranalaepifania.wordpress.com/2022/08/28/por-gracia-somos-salvos/

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El pan espiritual, también el pan material

El texto para la predicación hoy, el 31 de julio de 2022, es Marcos 8:1-9. Muy conocida es la historia de la alimentación de cinco mil, mencionada por todos los evangelistas, pero solo Marcos en nuestro texto para hoy, y Mateo (Mateo 15:32-39) relatan este episodio en el ministerio público de Jesucristo. La compasión de Jesús lo mueve a alimentar a otra multitud hambrienta por medio se una segunda multiplicación milagrosa del pan. Así como la alimentación de los 5.000 siguió marca el punto final y culminante del ministerio de Jesús en Galilea, así la alimentación de los 4.000 sigue a la recorrida de Jesús por territorio no-israelita y representa el empeño del Señor de ganar seguidores también entre aquellos territorios habitados por gentiles. Los dos milagros de alimentación de multitudes de Jesús nos recuerdan cuán milagrosamente Dios alimentó a su pueblo Israel con maná y codornices en el desierto. Los israelitas son los primeros en ser alimentados; luego los gentiles también participan en la gracia del Señor. También, se encuentra el mismo patrón en la institución de la Santa Cena. El Señor, en todos estos casos, tomó pan y, habiendo dado gracias, lo partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud. Es decir, en estos casos, el pan material, luego, su cuerpo y sangre en, bajo y con el pan y vino como comida y bebida espiritual.

Marcos 8:1-9

1 En aquellos días, siendo tan grande la multitud, y no teniendo qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 2 “Tengo compasión de la multitud, porque son ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;” 3 “y si los envío en ayunas a sus casas, desmayarán en el camino; porque algunos de ellos han venido de lejos.” 4 Y sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto? 5 Y les preguntó: “¿Cuántos panes tenéis?” Y ellos dijeron: Siete. 6 Entonces mandó a la multitud que se sentase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud. 7 Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante. 8 Y comieron, y se saciaron; y levantaron de los pedazos que habían sobrado, siete canastos. 9 Y los que comieron eran como cuatro mil; y los despidió.

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Reconcíliate primero con tu hermano

Nuestro texto para hoy es la base de compartir la paz en nuestro servicio divino. Desde los primeros siglos, los cristianos se saludaban antes de comulgar. Esto se ve en casi todas las liturgias antiguas. Antes de recibir la sangre y el cuerpo del Señor, debemos confesar nuestros pecados a Dios y recibir la absolución del pastor. Pero, también, antes de comulgar, debemos que reconciliarnos con otros, especialmente nuestros hermanos en la fe. Para saludar unos a otros diciendo, “La paz de Cristo sea contigo” es una expresión de esta reconciliación. Debemos evitar el error de los fariseos. El rasgo de su doctrina y de su vida era una observancia servil de los actos externos, lo que les daba una gran muestra de piedad ante el pueblo. Pero sus corazones estaban lejos de la verdadera justicia del corazón, que busca, en el verdadero amor al prójimo, hacer la voluntad de Dios en palabra y obra. Dondequiera que sea el caso, no hay fe y, por lo tanto, no hay idea de entrar en el reino de los cielos.

Mateo 5:20-26 

“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Oísteis que fue dicho por los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare estará expuesto a juicio. Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; y cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego. Por tanto, si trajeres tu ofrenda al altar, y allí te acordares que tu hermano tiene algo contra ti; deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo pronto con tu adversario, mientras estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.”

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Padre Abraham tiene muchos hijos

Lucas 16:19-31

19 “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.” 20 “Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado a la puerta de él, lleno de llagas,” 21 “y deseaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.” 22 “Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico, y fue sepultado.” 23 “Y en el infierno alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno.” 24 “Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama.” 25 “Y Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado, y tú atormentado.” 26 “Y además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan, ni de allá pasar acá.” 27 “Entonces él dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,” 28 “porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento.” 29 “Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.” 30 “Él entonces dijo: No, padre Abraham; mas si alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.” 31 “Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos.”