David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

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Somos llamados en una misma esperanza

Según nuestra epístola para 09 de octubre, el deciséptimo domingo después de Trinidad, Efesios 4:1-6, el único Señor de los cristianos a quien pertenecen, que los ha redimido con su santa y preciosa sangre, es Cristo. En Él creen, a Él reconocen y reconocen como su Señor; por él se han revestido en el bautismo. Así que todos tienen la misma fe, que los unía con su único Señor por medio del mismo sacramento. El bautismo es el sacramento por el cual se entra en esta iglesia. El Credo Niceno repite este pensamiento: “Reconozco un bautismo para la remisión de los pecados”. Los pentecostales se equivocan cuando afirman un segundo bautismo en el Espíritu Santo.

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Cristo te ama, no importa tu color

Efesios 2:13-22

13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14 Porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación; 15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos contenidos en ordenanzas, para hacer en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo así la paz; 16 y reconciliar con Dios a ambos en un cuerpo mediante la cruz, matando en sí mismo las enemistades. 17 Y vino, y predicó la paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18 porque por medio de Él ambos tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. 19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y de la familia de Dios; 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien también vosotros sois juntamente edificados, para morada de Dios en el Espíritu.