David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

By

(no title)

El domingo 10 de noviembre dimos gracias en nuestras oraciones como congregación por el nacimiento de Martín Lutero en 1483, y por la constitución formal de la Iglesia Luterana de Venezuela en 1955. El proceso de formación de nuestra iglesia nacional comenzó años antes, con gran parte del mérito de la familia de Heinrich Zeuch.

By

Aprovecha bien el tiempo

San Pablo dice en nuestra epístola (Efesios 5:15-21): “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Esto nos recuerda el antiguo proverbio romano: Carpe diem, que significa “aprovecha el día”. Los incrédulos aprovechan las oportunidades para aumentar sus propias ganancias materiales. San Pablo está hablando de aprovechar las oportunidades en beneficio del reino de Dios, cualquiera que sea esa oportunidad. ¿Por qué debemos hacer esto? “Porque los días son malos”. El mundo y todo lo que hay en él se opone al reino de Dios. Hay tanta inmoralidad, pecado y maldad a nuestro alrededor. Pero, no obstante, hay oportunidades. Debido a la oposición del mundo contra el Evangelio de Cristo, los momentos oportunos son raros y deben aprovecharse inmediatamente. Y el día del Señor viene.

By

La verdadera unidad de la iglesia

La epístola para hoy (Efesios 4:1-6) está citado en la Confesión del Augburgo, Artículo VII: “Se enseña también que habrá de existir y permanecer para siempre una santa iglesia cristiana, que es la asamblea de todos los creyentes, entre los cuales se predica genuinamente el evangelio y se administran los santos sacramentos de acuerdo con el evangelio. Para la verdadera unidad de la iglesia cristiana es suficiente que se predique unánimemente el evangelio conforme a una concepción genuina de él y que los sacramentos se administren de acuerdo a la palabra divina. Y no es necesario para la verdadera unidad de la iglesia cristiana que en todas partes se celebren de modo uniforme ceremonias de institución humana. Como Pablo dices a los efesios en 4:4-5: “Un cuerpo y un Espíritu, como fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo.” Bien, entonces, esto no significa que la manera en que practicamos el culto no sea importante, que podamos practicarlo de la manera que nos parezca mejor. Más bien, las pequeñas diferencias en la práctica no importan tanto como la unidad en la enseñanza y la comprensión de los sacramentos. Ejemplo, tenemos la misma fe recibida por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo en el bautismo. “El bautismo” es el sacramento inicial, por el cual uno entra en esta iglesia. El Credo Niceno repite este pensamiento: “Reconozco un solo bautismo para la remisión de los pecados”. No importa si el agua del bautismo se aplica por aspersión, inmersión o algún otro método, sólo que esa agua se aplica en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, entendido como la doctrina de la Trinidad que confesamos en los tres grandes credos. Los pentecostales se equivocan cuando afirman que hay un segundo bautismo en el Espíritu Santo.

By

Para que llene mi casa

En el evangelio de hoy, Lucas 14:15-24, nuestro Señor habla de una invitación al banquete. También en Proverbios 9:1-10, la sabiduría, es decir, la sabiduría divina, o en otras palabras, la que toca el corazón y ilumine la mente de los seres humanos, dice, “¡Ven acá! Venid, comed mi pan, bebed mi vino.” Pero, primero la sabiduría edificó su casa y preparó su banquete en esta casa. Y en la parábola de la gran cena, el Señor mandó tus siervos a buscar por los caminos y por los vallados “para que llene mi casa”. Se levanta la pregunta, ¿la casa es el edificio o la gente reunida bajo el techo? Normalmente descubrimos la familia unida, sobre todo compartiendo comidas, bajo un techo, en un edificio. Encontramos la Palabra de Dios en su pureza y los sacramentos administrados según el mandato del Señor en la congregación local. Sin embargo, la congregación local no es una entidad aislado, así como no es simplemente un edificio o un local. Es en miniatura la santa iglesia cristiana en su totalidad de que el apóstol Pablo habla en nuestra epístola (Efesios 2:13-22). San Pablo identifica la iglesia como la familia de Dios, también un edificio. Los creyentes no sólo son miembros de la familia de Dios, sino que ellos mismos constituyen la casa, el templo de Dios; son las piedras vivas del sagrado edificio de la iglesia. Son edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas.

By

El Pastor Perfecto

Cuando nuestro Señor dice “Yo soy el Buen Pastor”, la palabra griega significa el pastor excelente o pastor perfecto. Encontramos un retrato del pastor perfecto en nuestro salmo buen conocido, Salmo 23. En nuestro evangelio para hoy (Juan 10:11-16), nuestro Señor dice “Yo soy el buen pastor”. En Jesús se cumple el Salmo 23, también nuestra lectura del Antiguo Testamento, Ezequiel 34:11-16. Aunque Moisés, David y otros en el Antiguo Testamento eran buenos pastores del redil de Dios, ninguno de ellos podía identificarse como el Buen Pastor. Hay uno solo que ha dado su vida como sacrificio por las ovejas, Él que es su dueño.

By

Cristo es nuestra piedra del ángulo

En Mateo 21:33-46, nuestro evangelio de este vigésimo domingo después de Trinidad, nuestro Señor, como hace a menudo, hace un retrato de su iglesia. De hecho, dos imágenes: una viña y un edificio de piedra. Debemos pensar que la viña, en este caso, es la que el Señor había plantado en medio del pueblo de Israel, su pueblo escogido en el Antiguo Testamento. El edificio de piedra es la Iglesia del Nuevo Testamento. Cristo es la piedra angular. Por eso, la promesa de la vida eterna es segura para los fieles. Sin embarg, los que rechazan a Jesucristo son excluidos del reino y destinado para una eternidad legos de Dios en el infierno.

By

Andéis como es digno del llamamiento con que sois llamados

“Un cuerpo, y un Espíritu, como sois también llamados en una misma esperanza de vuestro llamamiento. Un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todo, y por todo, y en todos vosotros.” Efesios 4:1-6, la epístola para el decimoséptimo domingo después de Trinidad, nos da la base para la unidad de la Iglesia. El Espíritu Santo nos une a todos en la misma esperanza a través del bautismo. San Pablo no dice: Vivid según el llamado de Dios y vuestra decisión. Él dice: Vivid según el principio de que el Espíritu Santo os ha llamado por el Evangelio. Además, dice “con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor”.

By

Derramaré mi Espíritu sobre toda carne

“Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.” Joel 2: 28-32. Esta profecía de Joel se cumplió, en cuanto a su comienzo, en el gran día de Pentecostés, como también afirma Pedro en la introducción a su poderoso sermón pronunciado ante los asombrados habitantes de la ciudad de Jerusalén. Joel había profetizado que en los últimos días el Espíritu Santo sería derramado sobre todos los hombres. Dios revelaría su voluntad no solo a los profetas, sino a todos los hombres. El hablar en lenguas no fue el desencadenamiento momentáneo de una emoción efervescente sino la obra del Dios eterno. Fue el resultado no del vino, sino del Espíritu Santo. La predicación de Cristo, que fue iniciada por los humildes pescadores de Galilea, se ha difundido por todo el mundo, reuniendo en sí a su Iglesia de entre todas las naciones del mundo. Hijos e hijas, ancianos y jóvenes, siervos y siervas, reciban el don del Espíritu Santo. Y aunque la obra del Espíritu no se manifiesta de la misma manera que en los primeros días de la iglesia, en visiones, en sueños, en profecía, sin embargo, el Espíritu vive en los corazones de los creyentes, les da el conocimiento de Jesucristo, su Salvador, y los insta a hablar de aquello en lo que creen tan firmemente, y a invocar el nombre del Señor. El derramamiento del Espíritu es el último de los grandes milagros de Dios hasta el gran día de su regreso al juicio. Mientras tanto, tenemos el consuelo de que nuestra salvación está segura en Él.

 

By

Habrá un rebaño y un pastor

Nuestro texot para el tercer domingo de Pascua es Juan 10:11-16. Uno solo puede llamarse “el Buen Pastor” porque hay uno solo que ha dado su vida como sacrificio por las ovejas. Entonces, ¿por qué hay pastores en la iglesia hoy en día? Sabemos por causa de otros pasajes del Nuevo Testamento que nuestro Señor instituyó un oficio de la predicación de la Palabra y la administración de los sacramentos. También mandó a los apóstoles entrenar otros para apacentar las ovejas y busca para las esparcidas. La misión de la iglesia es para buscar a las ovejas esparcidas y guardarlas en el rebaño hasta el día que Cristo venga.

By

La sabiduría de Dios sea dada a conocer por la iglesia

Por esta causa yo Pablo, prisionero de Jesucristo por vosotros los gentiles, si es que habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada para con vosotros; que por revelación me hizo conocer el misterio, como antes escribí en breve, leyendo lo cual, podéis entender mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras edades no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu; que los gentiles sean coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de su promesa en Cristo por el evangelio, del cual yo fui hecho ministro según el don de la gracia de Dios dado a mí por la operación de su poder. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me es dada esta gracia de predicar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo; y de aclarar a todos cuál es la comunión del misterio escondido desde el principio del mundo en Dios, que creó todas las cosas por Jesucristo; para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer por la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús Señor nuestro; en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe de Él. Efesios 3:1-12

https://anchor.fm/mision-la-epifania/episodes/La-sabidura-de-Dios-sea-dada-a-conocer-por-la-iglesia-e1t90sc