David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

By

No se puede salvar sin fe en la Trinidad

Nuestro evangelio de hoy, Juan 3:1-21 contiene las principales verdades cristianas centrales: La Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo); la necesidad del renacimiento mediante el bautismo; Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre en una sola persona; la crucifixión de Jesús que salva a todos los hombres; la nueva vida del creyente comparada con la vida muerta del incrédulo; la fe salva, la incredulidad condena; Jesús, la Luz del mundo. Nuestro texto habla claramente del Dios Trino como el Dios salvador.

By

Él os enseñará todas las cosas

Nuestras lecturas de Génesis 11:1-9 y Hechos 2:1-21 describen eventos similares con resultados diferentes. En ambos casos, los hombres de repente empiezan a hablar en diferentes idiomas y finalmente se dispersan por todo el mundo. Pero en el primer caso fue un castigo de Dios y en el segundo, una bendición. Porque los que construyeron el torre de Babel desafiaron la voluntad del Padre, mientras los discípulos de Jesús le obedecieron. De todo modo, la voluntad de Dios fue cumplida.

By

El Niño arrebatado por Dios

Nuestro evangelio para hoy (Marcos 16:14-20) es una breve cuenta de la Ascensión de Jesucristo que concluyó su vida en este mundo. La lectura de Hechos 1:1-11 es otra cuenta y también encontramos otra versión aún mas breve en Lucas 24:50-53. Pero hay aún otro relato de la Ascensión en Apocalipsis 12:1-5. Aquí está todo el círculo del ministerio terrenal de nuestro Señor desde la Navidad hasta la Ascensión. El Señor entró a este mundo por el vientre de una mujer y regresó al Padre para la exaltación de nuestra naturaleza humana.

By

Para orar en el nombre de Jesús es para orar con fe

En el evangelio para el sexto domingo de Pascua (Juan 16:23-33) Jesús dice que podemos hacer peticiones por nosotros mismos, como él enseña en el Padrenuestro. Pero hay más. En la epístola de hoy (1 Timoteo 2:1-8), San Pablo nos anima, por autoridad apostólica, a orar por todas las personas, especialmente en el culto público, juntos con otros cristianos.

By

El Espíritu Santo como Guía y Protector

En Juan 16:5-15, Jesús les habla de la triple obra del Espíritu Santo. Él convencerá al mundo, a todos los hombres, de tres cosas: pecado, justicia y juicio. Además, a través de la Palabra escrita, el Espíritu guía, conduce y consuela a la Iglesia hasta el fin de los tiempos.

By

Vivir como peregrinos

Como todo ser humano, nacimos en pecado y vivimos en la oscuridad del mundo. Pero Cristo, la luz del mundo, nos ha llamado de la oscuridad a la luz. El apóstol Pedro dice en nuestro epístola (1 Pedro 2:11-20) que debido a que los cristianos no son más que peregrinos en este mundo y esperan con ansias su verdadero hogar en lo alto, Nos ha dado un lugar como ciudadanos de su reino, y, como San Pedro dice en 1 Pedro 2:9-10, nos capacita para vivir como el pueblo de Dios y su sacerdocio real. Con nuestra mirada puesta en este futuro, podemos vivir el ahora con alegría y anticipación entre aquellos que ignoran las palabras de gracia y misericordia de Dios.

By

El Pastor Perfecto

Cuando nuestro Señor dice “Yo soy el Buen Pastor”, la palabra griega significa el pastor excelente o pastor perfecto. Encontramos un retrato del pastor perfecto en nuestro salmo buen conocido, Salmo 23. En nuestro evangelio para hoy (Juan 10:11-16), nuestro Señor dice “Yo soy el buen pastor”. En Jesús se cumple el Salmo 23, también nuestra lectura del Antiguo Testamento, Ezequiel 34:11-16. Aunque Moisés, David y otros en el Antiguo Testamento eran buenos pastores del redil de Dios, ninguno de ellos podía identificarse como el Buen Pastor. Hay uno solo que ha dado su vida como sacrificio por las ovejas, Él que es su dueño.

By

En lugar y por mandato de Señor

“Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; a quienes se los retuviereis, les son retenidos.” (Juan 20:22-23). En este momento, el Señor instituyó el ministerio público de la predicación y los sacramentos distinto del sacerdocio de todos los bautizados. El Oficio de las Llaves no fue entregado sólo a los pastores de la iglesia, pero, por mandato de Cristo, la iglesia llama pastores para que ejerzan el oficio públicamente en su nombre y en el nombre de Cristo.

By

Que el Espíritu Santo vuevla nuestros corazones hacia la fe

Marcos 16:16 es uno de los versículos más citados de la Biblia, incluyendo en el Catecismo Menor del Dr. Martín Lutero. También es la predicación de la Ley y el Evangelio. Dios usa la Ley para revelar y condenar nuestro pecado. Muestra que todos hemos pecado y no podemos guardar los mandamientos de Dios. De esta manera la Ley da a conocer nuestra necesidad del Evangelio. La Ley habla a nuestros corazones, pero sin el Evangelio sólo produce ira y muerte. La Ley demanda, amenaza y condena. El Evangelio ofrece el perdón de los pecados, las buenas noticias de que somos liberados de la culpa, del castigo y del poder del diablo, y de que somos salvos por toda la eternidad porque Cristo cumplió la Ley, sufrió, murió y resucitó por nosotros.

By

Oremos en oscuridad y silencio

Gracia y paz en nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

¿Por qué lamentamos el fallecimiento de nuestros seres queridos cuando existe la esperanza de la resurrección? ¿Está mal estar triste cuando alguien muere? No, no es. En este mundo, la muerte sigue siendo nuestro enemigo, el último enemigo a vencer. La muerte todavía significa una separación de aquellos a quienes amamos, por un tiempo indeterminado. Pero sí tenemos esa esperanza de vida eterna para nosotros y los demás. Pero ¿y si hubiésemos visto morir a Jesús y todavía no recibiéramos esa esperanza?

Hoy queremos volver al tiempo del primer Viernes Santo para tratar a sentir las emociones que tenían las personas que presenciaron aquellos eventos. Imagínense que están presentes mientras que el sol subía aquella mañana, viendo a los que colgaron a Jesús en la cruz clavándole clavos en las manos y los pies. Para dejar una impresión en las mentes y los corazones de los creyentes de la terrible consecuencia del pecado y la magnitud del sacrificio de nuestro Salvador, la iglesia cristiana antigua tenía un culto especial el Viernes Santo llamado Ténebre. La palabra significa “oscuridad.” Se llama así por la ceremonia hecha en el culto de apagar las velas sobre el altar. El apagar de las velas, una por una, simboliza como disminuía la lealtad de los discípulos y amigos de Jesús. Las velas también representan la luz del mundo disminuyendo mientras que Cristo iba sufriendo y muriendo. Esto nos hace recordar los eventos que terminaron en la oscuridad total del Viernes Santo. Este culto fue adaptado de un orden antiguo del siglo octavo. Una vela queda alumbrada hasta el final del culto simbolizando que aún en medio de la muerte y la oscuridad, las fuerzas de la muerte y el infierno no prevalecerán contra la luz de Cristo.

Mientras se apaga cada vela, reflexionamos sobre las siete últimas palabras de nuestro Señor desde la cruz. Pensó primero en los demás y pidió a su padre que perdonara a quienes lo crucificaron. Prometió el paraíso al ladrón que moría a su lado. Confió su madre al amado apóstol Juan. Clamó a Dios en la desesperación, la desesperación que merecemos, pero que nunca experimentaremos, sino que murió creyendo que se había hecho la voluntad de Dios.

Cristo murió por nosotros, pero también nos dio ejemplo de cómo seguirlo en el camino de la cruz. Vamos a orar en la oscuridad y el silencio de Dios.