David and Luz Maria Ernst – Serving the Lord in Venezuela

By

La verdadera unidad de la iglesia

La epístola para hoy (Efesios 4:1-6) está citado en la Confesión del Augburgo, Artículo VII: “Se enseña también que habrá de existir y permanecer para siempre una santa iglesia cristiana, que es la asamblea de todos los creyentes, entre los cuales se predica genuinamente el evangelio y se administran los santos sacramentos de acuerdo con el evangelio. Para la verdadera unidad de la iglesia cristiana es suficiente que se predique unánimemente el evangelio conforme a una concepción genuina de él y que los sacramentos se administren de acuerdo a la palabra divina. Y no es necesario para la verdadera unidad de la iglesia cristiana que en todas partes se celebren de modo uniforme ceremonias de institución humana. Como Pablo dices a los efesios en 4:4-5: “Un cuerpo y un Espíritu, como fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo.” Bien, entonces, esto no significa que la manera en que practicamos el culto no sea importante, que podamos practicarlo de la manera que nos parezca mejor. Más bien, las pequeñas diferencias en la práctica no importan tanto como la unidad en la enseñanza y la comprensión de los sacramentos. Ejemplo, tenemos la misma fe recibida por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo en el bautismo. “El bautismo” es el sacramento inicial, por el cual uno entra en esta iglesia. El Credo Niceno repite este pensamiento: “Reconozco un solo bautismo para la remisión de los pecados”. No importa si el agua del bautismo se aplica por aspersión, inmersión o algún otro método, sólo que esa agua se aplica en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, entendido como la doctrina de la Trinidad que confesamos en los tres grandes credos. Los pentecostales se equivocan cuando afirman que hay un segundo bautismo en el Espíritu Santo.

By

La paga del pecado y el don de Dios

Debido a que Jesús es el segundo Adán, que pasó la prueba que el primer Adán falló, nuevamente tenemos la promesa de vida eterna, como dice San Pablo en nuestra epístola (Romanos 6:19-23). El don gratuito de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. No hay aquí una palabra, ni una pizca de recompensa: la vida eterna es un don gratuito e inmerecido de gracia y misericordia. Sin embargo, la paga del pecado es muerte; Lo que el pecado, como gobernante tiránico, paga a sus súbditos, es su debida y merecida recompensa. No se puede permitir que el pecado quede sin recompensa, es decir, sin castigo. Para un pecador confirmado, esperar el perdón sin expiación es esperar lo imposible, es decir, que Dios, al final, resultará injusto.

By

No se puede salvar sin fe en la Trinidad

Nuestro evangelio de hoy, Juan 3:1-21 contiene las principales verdades cristianas centrales: La Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo); la necesidad del renacimiento mediante el bautismo; Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre en una sola persona; la crucifixión de Jesús que salva a todos los hombres; la nueva vida del creyente comparada con la vida muerta del incrédulo; la fe salva, la incredulidad condena; Jesús, la Luz del mundo. Nuestro texto habla claramente del Dios Trino como el Dios salvador.

By

¿Sabéis los que os he hecho?

Juan 13:1-15 presenta la historia de la última noche de la vida terrenal de Jesucristo, aunque sin mencionar las palabras de la institución de la Santa Cena que leímos en la epístola (1 Corintios 11:23-32). Sin embargo, encontramos las verdades sobre los dos sacramentos, el bautismo y la Santa Cena. Cristo no instituyó otro sacramento en el lavamiento de sus pies, sino que estableció un modelo de humildad para recibir los dones de la fe y el perdón de los pecados.

By

No por Moisés sino por Cristo somos salvos

Con la ayuda de Dios, Moisés alimentó a las multitudes en el desierto con el maná del cielo. En Juan 6:1-15 el evangelista enfatiza que Jesús no sólo sustituye el cordero en la Pascua del Antiguo Testamento, sino también reemplaza a Moisés como el profeta enviado para revelar a la voluntad del Padre.

By

Cristo es la Peña de Horeb

“He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb.” (Éxodo 17:6). El Israel antiguo experimentó la misma gracia que los cristianos experimentan en su bautismo (1 Corintios 10:1-2). También Israel tenía una cena sobrenatural dada por el Señor para nutrir su presencia en la iglesia. Y, con todo, Israel cayó y provocó el juicio de Dios. Así como Israel recibió los dones espirituales de Dios pero resistió su voluntad, así la iglesia puede rechazar a Dios a pesar de sus bendiciones. Las tentaciones que enfrenta continuamente el pueblo de Dios se resumen en la adoración de aquello que no es Dios. La gracia de Dios, y sus dones, colocan al hombre en una relación personal y responsable con él. No asegura al hombre contra el pecado y el juicio en forma mágica y automática. Sin embargo, no que los cristianos vivan en terror; ellos saben que el Dios fiel, que los llamó a la hermandad de su Hijo queda a cargo en forma protectora des sus vidas en luchas.

By

Un asiento en la mesa

La invitación hecha por las “criadas” de la sabiduría en Proverbios 9:1-10 se oye nuevamente la parábola de Jesús en Lucas 14:15-24, nuestro evangelio para el segundo domingo después de Trinidad. En esta parábola, el padre de la familia es Dios Padre todopoderoso. Para compartir la mesa del Señor es para ser miembro de la familia, que es la comunión de los santos. Él nos invita a santificarlos a través de su bautismo, consolarlos y fortalecerlos a través del sacramento de su cuerpo y sangre; que no tengan necesidad de nada, que haya mucha abundancia y que todos estén satisfechos.

By

La paz y el perdón

La Pascua de Cristo no es solo un día, sino una estación que comienza el Domingo de Pascua y dura 50 días hasta el Domingo de Pentecostés. En el segundo domingo de Pascua, el 16 de abril, recordamos el octavo día después de la resurrección cuando el Señor apareció a Tomás, para mostrar las marcas de la crucifixión (Juan 20:19-31). Había visto a su Señor resucitado, Tomás creyó y quedó satisfecho y feliz. Pero es cierto en todo momento que la bienaventuranza y la felicidad de la fe perfecta no descansan sobre las evidencias de los sentidos ni sobre los sentimientos y la razón, sino sobre la Palabra del Evangelio. Personas que dudan el amor y de la presencia de Dios en sus vidas, muchas veces se lamentan: Si yo hubiera visto al Cristo resucitado tendría una fe más firme y una esperanza más segura. Para tales personas, la historia de la duda de Tomás es un llamado para andar por fe y no por vista.

By

Él pasó la prueba otra vez

Jesús rechazó la tentación de convertir piedras en pan en el desierto. Pero, luego multiplicó cinco panes de cebada y dos pececillos para la alimentación de cinco mil, según Juan 6:1-15, nuestro texto para el cuarto domingo en Cuaresma. Sin embargo, Jesús pasó la misma prueba. ¿Como? ¿Y que implica para nosotros?

Juan 6:1-15

By

La santidad del matrimonio

Juan 2:1-11 es nuestro evangelio para este domingo, 22 de enero. La presencia de Jesucristo, con su madre y sus discípulos, en un banquete de bodas, y el hecho de que él realice allí su primer milagro, es un reconocimiento del matrimonio como honorable y santo. De hecho, el matrimonio es una institución divina, y es agradable al Señor; está totalmente de acuerdo con su diseño y voluntad que las personas entren en este estado sagrado de manera adecuada y con un pleno entendimiento de sus derechos y privilegios, así como de sus deberes.

https://anchor.fm/mision-la-epifania/episodes/La-santidad-del-matrimonio-e1trfa1/a-a97dvdm